Las estructuras laminares de hormigón armado, que marcaron una época en la
arquitectura mexicana, pudieron ser construidas gracias a la visión espacial y
al pragmatismo de Félix Candela y otros
profesionistas, que lograron dominar la geometría y el complejo sistema
constructivo necesarios para desarrollarlas. Hubiera sido difícil llegar a
soluciones tan audaces en cualquier otro lugar del mundo, pues las delgadas
láminas que forman los cascarones no cumplían las normas mínimas de seguridad
de ningún reglamento de construcción, además del aspecto económico, ya que
éstas cubiertas basaban su rentabilidad en la mano de obra barata y de primera
calidad, aportada por lo albañiles mexicanos, aunado a la materia prima (madera
para el encofrado, cemento y varilla para el concreto armado).
Félix
Candela incursiono con particular fortuna en el campo de la arquitectura
religiosa por el inspirado diseño de sus cubiertas y la calidad espacial que
generan. En palabras de este celebre arquitecto nos menciona que la
construcción de varios templos significaba para él “La mejor oportunidad que
puede concederse a un arquitecto para que intente, al menos, hacer algo
trascendente “
Templo de Santa Mónica
Este
templo se localiza en la calle de Fresas casi esq. con San Lorenzo frente al
parque de dicho nombre al poniente de la Colonia del Valle.
La primera piedra de este templo fue colocada el 19 de mayo de 1962.
En su diseño colaboraron los arquitectos Fernando López Cardona y Carlos Ríos López atendiendo un encargo de la orden religiosa de los agustinos recoletos. En la construcción de su atrevida cubierta contaron con la asesoría del mundialmente célebre arquitecto Félix Candela.
En
el templo podemos observar el uso simultaneo de un sistema de superficie activa
en la cubierta, y vector activo en el sitio en que los diferentes
"gajos" que integran la cubierta se concentran en una gran columna de
fuste inclinado.
El interior del Templo se presenta como un espacio protegido
por una gran cubierta tipo cascarón de concreto que permite librar un
importante claro sin la presencia de columnas intermedias y con un uso óptimo
del concreto como material de construcción, por otra parte la propia forma de
la cubierta proporciona resistencia y permite que el espesor de la misma sea
mínimo, lográndose de esa manera una mayor economía y eficiencia constructiva.
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