jueves, 24 de enero de 2013

Templo de Santa Monica


 
Las estructuras laminares de hormigón armado, que marcaron una época en la arquitectura mexicana, pudieron ser construidas gracias a la visión espacial y al pragmatismo de Félix Candela  y otros profesionistas, que lograron dominar la geometría y el complejo sistema constructivo necesarios para desarrollarlas. Hubiera sido difícil llegar a soluciones tan audaces en cualquier otro lugar del mundo, pues las delgadas láminas que forman los cascarones no cumplían las normas mínimas de seguridad de ningún reglamento de construcción, además del aspecto económico, ya que éstas cubiertas basaban su rentabilidad en la mano de obra barata y de primera calidad, aportada por lo albañiles mexicanos, aunado a la materia prima (madera para el encofrado, cemento y varilla para el concreto armado).

 
 


Félix Candela incursiono con particular fortuna en el campo de la arquitectura religiosa por el inspirado diseño de sus cubiertas y la calidad espacial que generan. En palabras de este celebre arquitecto nos menciona que la construcción de varios templos significaba para él “La mejor oportunidad que puede concederse a un arquitecto para que intente, al menos, hacer algo trascendente “







Templo de Santa Mónica
Este templo se localiza en la calle de Fresas casi esq. con San Lorenzo frente al parque de dicho nombre al poniente de la Colonia del Valle.

La primera piedra de este templo fue colocada el 19 de mayo de 1962. 
En su diseño colaboraron los arquitectos Fernando López Cardona y Carlos Ríos López atendiendo un encargo de la orden religiosa de los agustinos recoletos. En la construcción de su atrevida cubierta contaron con la asesoría del mundialmente célebre arquitecto Félix Candela.
En el templo podemos observar el uso simultaneo de un sistema de superficie activa en la cubierta, y vector activo en el sitio en que los diferentes "gajos" que integran la cubierta se concentran en una gran columna de fuste inclinado. 

El interior del Templo se presenta como un espacio protegido por una gran cubierta tipo cascarón de concreto que permite librar un importante claro sin la presencia de columnas intermedias y con un uso óptimo del concreto como material de construcción, por otra parte la propia forma de la cubierta proporciona resistencia y permite que el espesor de la misma sea mínimo, lográndose de esa manera una mayor economía y eficiencia constructiva.













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